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Wednesday, December 28, 2005

TARIGARISTOGATO

Enciendo la tele y veo a quien creo identificar como Enrique Tarigo. Pienso que es uno de los tantos "resúmenes del año" y que estoy viendo los homenajes al plebiscito del '80. Pero no: hablan de fútbol.
Es Luis Garisto, el flamante DT de Peñarol. Entonces decido hacer un intercambio de trabajos e intentar un "separados al nacer", ya que Leo debe andar sudando en La Linterna Mágica.



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Tuesday, December 27, 2005

Autosugestión

¿Dónde leí que la diferencia entre las computadoras y el cerebro humano era que las primeras cuanto más informacion acumulan trabajan más despacio y el segundo al revés? Tendré que someterme a hipnosis para recordarlo. Lo cierto es: uno quiere leer casi cualquier cosa en los blogs. Y está bien, a mí me gusta. Pero, a la hora de escribir, cada vez más le doy paso al efecto Bartleby: "preferiría no hacerlo".

¿Qué nivel de exposición uno cree que es el adecuado? ¿Qué mapeo individual para el ocio de los fisgones? ¿Cuántas ideas a disposición?

Uh, bueno, no está bien plantearlo tan crudamente. De última todos nos aprovechamos de la disponibilidad, de la libre circulación de la información, de saltearse alegremente las leyes del copyright. ¿Pero MIS ideas? ¿Por pequeñas que sean? ¿Esas que pueden volverse contra mí? ¿Esas que todavía después tengo que defender a capa y espada? ¿Esas que abren las puertas de mis gustos, mis creencias y opiniones? ¿Esas que brindan un mapa gratuito de gustos, actividades e incluso un mapa traducible a líneas sobre una geografía específica? Puff, pues, anda con cuidado.

Bueno, no iba en serio. Es que a último momento se me ocurrió que lo que escribí sobre Carson McCullers lo puedo cambiar por papel moneda y todo lo anterior fue la argumentación de mi yo materialista para no postearlo. Qué convincente.

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Tuesday, December 13, 2005

QUANDOQUE DORMITAT BONUS HOMERUS

Lo que sigue es la transcripción de la reseña de Homero Alsina Thevenet del film "A Hard Day's Night", de Richard Lester, aparecida en el diario El País en 1964. Vaya pues nuestro homenaje conjunto a Lennon y HAT, decemberistas en la muerte y muy en especial a la sección "Mondo Cane" de El País Cultural.

Tal vez este no es el post sobre HAT que esperaba hi way, pero entre tanta hagiografía preferí recordar a ese crítico con merecida fama de infalible y agudo olfato para las fallas y omisiones, que como el gran poeta griego, también dormitaba de vez en cuando.




Los cuatro chiflados

Los Beatles son un poco mejores de lo que sospechaba la Vieja Ola por lo que hay que recomendar cierto desprejuicio para apreciarlos en lo que hacen. Son, desde luego, cuatro extravagantes de pelo largo, que se creen importantísimos y graciosísimos, que desarrollan un humorismo digno de Los Tres Chiflados y que han concentrado, imperdonablemente, la adhesión histérica y gritada de miles de muchachitas adolescentes, en uno de esos casos de impulso sexual sublimado que se hicieron más claros después de Freud. Pero son también cuatro músicos natos, que inventan sus propias canciones, las interpretan variablemente con sus voces, sus guitarras, sus armónicas, sus tambores y demuestran poca invención melódica pero un sentido directo y comunicativo de la armonía y el ritmo. Por qué deliran tanto las chiquilinas es algo que todavía no ha sido bien explicado, pero cabe prever que un estudio conjunto de la adolescencia contemporánea, con apoyo en James Dean, en Elvis Presley y en Palito Ortega, terminará por incluir debidamente a Los Beatles. Renegar de ellos porque no parecen adorables y porque son sin embargo adorados, sería esconder el problema.

No hay un solo argumento en el film, que sólo propone un viaje de los cuatro en tren hasta una ciudad donde deberán cumplir un programa de televisión. Hay diversos contratiempos en el camino, uno de los cuatro se aparta locamente del grupo, y tras diversas aventuras el programa se cumple puntualmente, entre chiquilinas que deliran. La parte peor del film es el humorismo que estos cuatro locos se tiran recíprocamente, con ánimo de bufonada y de circo, con ocasional pretensión de ingenio ("Y como llama Ud. a su peinado" -"Arturo") y con un criterio elemental que sólo hará reír a los más simples. Pero en cambio hay muchas canciones, a veces frente a la cámara y a veces como fondo a las corridas, y con ellas Los Beatles están en lo que saben hacer mejor. Algún día se descrubrirá que estos músicos serían unos fracasados si no hicieran todo el ruido adicional de peinados y extravagancias.

La parte más positiva de este film juvenil es el trabajo de cámara y compaginación. Desde un principio veloz, en el que los sujetos corren por la calle perseguidos por una multitud ululante, hasta su final actuación en el escenario, ante un público adolescente que delira de éxtasis, los Beatles son recogidos sin apronte y con rapidez, en una impostación casi documental, con una agilidad que nadie esperaría encontrar en un relato dedicado a cuatro divos que cantan. H.A.T.

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Thursday, December 08, 2005

Stress post traumatico

Mientras esto escribo todavía es 8 de diciembre. Y, para muchos, el 8 de diciembre no es el día de las playas sino el día que mataron a John Lennon.
Pues bien, yo tenía 12 años y, como muchos, puedo describir exactamente dónde estaba, qué hacía, qué pensé. Igual que cuando supe lo de Cobain. O cuando murió Strummer. O cuando Joey Ramone... o el dia del ataque al WTC. Por suerte zafé de Kennedy, Morrison, Joplin y Hendrix.

Si bien me impresiona que hoy hagan 25 años de ese día en que mi primo de 9 años me dijo a bocajarro "Mataron a John Lennon", el objeto de este mini post es decir que lo que más me impresiona es no recordar nada del 7 de diciembre, ni del 9 de diciembre ni de casi ningún otro día de 1980. Ni un solo instante.

Get a life, Ghetta.

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