Thursday, March 31, 2005
Al cielo no
Dentro de unas horas o tal vez un par de días, el Papa va a ver, a un tiempo con su suspiro final, a un payaso saliendo de una cajita diciendo "¡Sorpresa!" en diez idiomas, latín incluído. Y después, la nada.
Se prevee una cadena de mails con el poema apócrifo de Borges, o el de García Márquez, firmado por Wojtyla confesando que si volviera a vivir comería más helados y mataría menos gente.
Hay veces que deseo fervientemente que el infierno exista.
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Dentro de unas horas o tal vez un par de días, el Papa va a ver, a un tiempo con su suspiro final, a un payaso saliendo de una cajita diciendo "¡Sorpresa!" en diez idiomas, latín incluído. Y después, la nada.
Se prevee una cadena de mails con el poema apócrifo de Borges, o el de García Márquez, firmado por Wojtyla confesando que si volviera a vivir comería más helados y mataría menos gente.
Hay veces que deseo fervientemente que el infierno exista.
Sunday, March 13, 2005
Nabokovianas
Estaba yo pensando en Humbert Humbert cuando recordé que "Lolita" había tenido un precursor que hacía mucho tiempo que no leía.
Se trata de el cuento largo "El Hechicero" y, luego de releerlo de un tirón me sorprendieron, una vez más, las brutales diferencias entre Humbert y su predecesor.
En "El Hechicero" está todo el argumento de "Lolita", o casi. Y, sin embargo, le falta todo lo que hace de este libro la maravilla que es. Es decir, la experiencia lectora de una y otra obra son tan distintas que "El Hechicero" es, en sí mismo, algo tan diferente que sorprende por su propia individualidad. Yo diría que es la antítesis de "Lolita", como si en un taller literario hubiesen obligado a Nabokov a acuñar el anverso y el reverso de una misma moneda.
Si Humbert es, en el fondo, un esteta, el protagonista de "El Hechicero" es un vulgar violador. Si "Lolita" es una comedia satírica, "El Hechicero" es una tragedia.
Lo que sucedió en el camino, fue que VN se las ingenió para que el lector de "Lolita" exculpe a Humbert, porque es Lolita, porque son las nínfulas las culpables de la caída de un hombre enfermo pero decente, porque no hay inocencia sino seducción, porque Humbert es tan o más víctima que victimario.
En "El Hechicero" no hay lugar a dudas sobre quién es el monstruo.
Tal vez Master Nabokov no había desarrollado todavía en 1939 su teoría sobre las nínfulas. Y, a pesar del título de "Encantador" o "Mago", en el innominado protagonista de la nouvelle, no hay nada de hechicero. El protagonista sin nombre no encanta a nadie sino a sí mismo, la niña se lleva un susto mortal y moral y el pervertido sin nombre termina violentamente su carrera de acosador.
Esto no quiere decir que "El Hechicero" carezca de méritos propios pero a la luz de "Lolita" es un borrador, un pre-texto de emociones vulgares. Y aunque que las emociones vulgares pueden ser brutalmente compulsivas, uno agradece que "El Hechicero" se perdiera durante veinte años para el autor y hasta 1987 para los lectores de Nabokov, de modo que "Lolita" se librara de su predecesor hasta pasados 10 años de la muerte del autor.
Siempre he creído que Humbert no es un personaje notable sino más bien un narrador notable, o si quieren un autor implícito notable, considerándolo el escritor de los hechos que se narran en "Lolita". El personaje más notable de la novela es, para mi, por lejos, Clare Quilty. Lolita -no el libro, sino Dolores Haze, quien por bastante tiempo en los borradores de la novela se llamó Juanita Dark- es su criatura. Inventada, rescatada y abandonada a su suerte, Lolita se pierde en la vulgaridad del destino que Onetti preveía para toda muchacha. Sin Quilty, Lolita es una mujer más. Y sin Quilty, "Lolita" -la novela- hubiera sido "El Hechicero", y Humbert el innominado violador que la protagoniza, porque Quilty inventa a Lolita y Lolita crea a Humbert.
Quizás por ello cada día me parece más notable la adaptación de Kubrick de la novela. Un Humbert mas bien insulso y un Quilty brillante, encarnado por el impresionante Peter Sellers.
Ese Peter Sellers que era casi un Clare Quilty en la vida real, el hombre que filmó 60 películas, tuvo 8 ataques cardíacos y que se casó con Britt Ekland cuando esta tenía 18 años y que casi termina con él. El mismo que tuvo un affaire tormentoso con Sofia Loren y que, estando a punto de abandonar a su familia, fue interrogado por su pequeña hija: "Papi, ¿todavía nos amas?" Y Sellers, agachándose cariñosamente le contesta: "Claro, que los amo... Pero no tanto como a Sofia Loren".
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Estaba yo pensando en Humbert Humbert cuando recordé que "Lolita" había tenido un precursor que hacía mucho tiempo que no leía.
Se trata de el cuento largo "El Hechicero" y, luego de releerlo de un tirón me sorprendieron, una vez más, las brutales diferencias entre Humbert y su predecesor.
En "El Hechicero" está todo el argumento de "Lolita", o casi. Y, sin embargo, le falta todo lo que hace de este libro la maravilla que es. Es decir, la experiencia lectora de una y otra obra son tan distintas que "El Hechicero" es, en sí mismo, algo tan diferente que sorprende por su propia individualidad. Yo diría que es la antítesis de "Lolita", como si en un taller literario hubiesen obligado a Nabokov a acuñar el anverso y el reverso de una misma moneda.
Si Humbert es, en el fondo, un esteta, el protagonista de "El Hechicero" es un vulgar violador. Si "Lolita" es una comedia satírica, "El Hechicero" es una tragedia.
Lo que sucedió en el camino, fue que VN se las ingenió para que el lector de "Lolita" exculpe a Humbert, porque es Lolita, porque son las nínfulas las culpables de la caída de un hombre enfermo pero decente, porque no hay inocencia sino seducción, porque Humbert es tan o más víctima que victimario.
En "El Hechicero" no hay lugar a dudas sobre quién es el monstruo.
Tal vez Master Nabokov no había desarrollado todavía en 1939 su teoría sobre las nínfulas. Y, a pesar del título de "Encantador" o "Mago", en el innominado protagonista de la nouvelle, no hay nada de hechicero. El protagonista sin nombre no encanta a nadie sino a sí mismo, la niña se lleva un susto mortal y moral y el pervertido sin nombre termina violentamente su carrera de acosador.
Esto no quiere decir que "El Hechicero" carezca de méritos propios pero a la luz de "Lolita" es un borrador, un pre-texto de emociones vulgares. Y aunque que las emociones vulgares pueden ser brutalmente compulsivas, uno agradece que "El Hechicero" se perdiera durante veinte años para el autor y hasta 1987 para los lectores de Nabokov, de modo que "Lolita" se librara de su predecesor hasta pasados 10 años de la muerte del autor.
Siempre he creído que Humbert no es un personaje notable sino más bien un narrador notable, o si quieren un autor implícito notable, considerándolo el escritor de los hechos que se narran en "Lolita". El personaje más notable de la novela es, para mi, por lejos, Clare Quilty. Lolita -no el libro, sino Dolores Haze, quien por bastante tiempo en los borradores de la novela se llamó Juanita Dark- es su criatura. Inventada, rescatada y abandonada a su suerte, Lolita se pierde en la vulgaridad del destino que Onetti preveía para toda muchacha. Sin Quilty, Lolita es una mujer más. Y sin Quilty, "Lolita" -la novela- hubiera sido "El Hechicero", y Humbert el innominado violador que la protagoniza, porque Quilty inventa a Lolita y Lolita crea a Humbert.
Quizás por ello cada día me parece más notable la adaptación de Kubrick de la novela. Un Humbert mas bien insulso y un Quilty brillante, encarnado por el impresionante Peter Sellers.
Ese Peter Sellers que era casi un Clare Quilty en la vida real, el hombre que filmó 60 películas, tuvo 8 ataques cardíacos y que se casó con Britt Ekland cuando esta tenía 18 años y que casi termina con él. El mismo que tuvo un affaire tormentoso con Sofia Loren y que, estando a punto de abandonar a su familia, fue interrogado por su pequeña hija: "Papi, ¿todavía nos amas?" Y Sellers, agachándose cariñosamente le contesta: "Claro, que los amo... Pero no tanto como a Sofia Loren".
