<$BlogRSDURL$>

Tuesday, October 25, 2005

Mirando La Tele

Diego Maradona: Como yo ahora soy un hombre de television tengo que pedir un corte. Pero después, iremos a lo que vos querés hacer conmigo (cantar, malpensados)
Rafaella Carrá: Como Ud. diga, Comandante.
DM: Comandante hay uno solo


Viene el corte. Un stencil.

Hasta la victoria, Drexler.
Grammys Latinos.

Umpf, umpf, umpf.

Mucho o poco tiempo despues, no puedo decirlo, pero en el 10, pesco en DICHO Y HECHO una franca discusión sobre periodismo nacional, al menos la más abierta que he escuchado últimamente. Habría que mirarlo minuciosamente para poder dar cuenta de las cosas "terriblemente NOVEDOSAS" (aunque tal vez sí en la TV) que se dijeron, por no hablar de la posibilidad de escuchar al Director de Subrayado afirmar que leía Brecha porque creía en la honestidad de sus periodistas más allá de su punto de vista, de los riesgos del microclima especifico del medio (Marcelo Pereira, de Brecha) hasta la asunción por parte de Pereira (que en determinado momento Sotelo llamó Gabriel) que los periodistas de Brecha eran lus unicos independientes de presiones porque "Brecha no tiene dueño".

Hubo muchas perlas. Entre las que cacé:

Gerando Sotelo: Los blancos y colorados creeen que hay un complot de la prensa porque somos todos de izquierda mientras que la gente nos acusa de ser periodistas de derecha y de complotar contra el gobierno.

Bonus Track:

Periodista del staff de Dicho y Hecho cuyo nombre ignoro: Si yo dijera la mitad de lo que dijo ese señor, me echan (un entrevistado en la calle que dijo que el espectador sabe que hay intereses creados y que la info era SIEMPRE flechada)

Gerardo Sotelo: De aca, seguro.

Todo esto se junta de manera horrible con dos circunstancias vitales no relacionadas que estoy viviendo: la traducción de un documental del periodista canadiense Martin Himel, sobre el "mito de la masacre de Jenin" construída por los medios ingleses y que fue catalogado indistintamente como "la verdad sobre los hechos en Jenin" o "una apestosa pieza de propaganda israelí" y a la lectura de la última novela de Tom Wolfe "Soy Charlotte Simmons", como se sabe, quien elevó el periodismo hasta el status literario en EEUU en el lejano siglo XX y quien en su última novela retrata la vida en los campus universitarios estadounidenses de élite.

Augh,, el periodismo. Oh, el periodismo.

|

Thursday, October 20, 2005

La cultura y el pueblo

Hace unos cuantos días recibimos en Cinemateca un mail que listaba el día y la hora de las reuniones por áreas en ese plan que el gobierno frenteamplista denominó la Asamblea de la Cultura. Solo le eché un vistazo, pero ese golpe de vista fue suficiente para ver dos cosas: que el primer área a exponer sus inquietudes era "CARNAVAL" (con lo que deseché inmediatamente el orden alfabético de la agenda, ya que después venía AUDIOVISUAL o ARTES PLASTICAS) y la ausencia total de un área LETRAS.

Luego, un viejo número de Cinemateca Revista emergió de los estantes de la Biblioteca y súbitamente se volvió actual. Es el número de Setiembre de 1981, que contiene un artículo sobre la muerte del cineasta brasileño Gláuber Rocha. Un recuadro titulado "El populismo sólo comunica analfabetismo", cita las palabras de Gláuber en 1968, referidas al cine y a Brasil, pero uh...

El Cinema Novo, rechazando el cine de imitación y eligiendo otra forma de expresión, ha rechazado también el camino más fácil de este otro lenguaje típico del llamado arte nacionalista, el 'populismo', reflejo de una actitud política típicamente nuestra. Como el caudillo, el artista se siente padre del pueblo: la palabra de orden es 'hablar con simpleza para que el pueblo entienda'.
A mi entender, es una falta de respeto hacia el público, con todo lo subdesarrollado que éste pueda ser, 'crear cosas simples para un pueblo simple'. El pueblo no es simple. Aún estando enfermo, hambriento y analfabeto, el pueblo es complejo. El artista paternalista idealiza los tipos populares como sujetos fantásticos que aun en la miseria poseen su filosofía, y pobrecitos, tienen sólo la necesidad de formarse un poco de 'conciencia política', a fin de que puedan de un día al otro invertir el proceso histórico.
El primitivismo de este concepto es todavía más nocivo que el arte de imitación, porque el arte de imitación tiene por lo menos la valentía de saberse tal y justifica la 'industria del gusto artístico' con objetivos de lucro.
El arte populista, en cambio, trata de justificar su primitivismo con una 'buena conciencia'. El artista populista afirma siempre: 'no soy un intelectual, estoy con el pueblo, mi arte es bello porque comunica', etc. Pero ¿qué comunica? Comunica en general las alienaciones mismas del pueblo. Comunica al pueblo su mismo analfabetismo, su misma vulgaridad, nacida de una miseria que lo lleva a considerar la vida con desprecio.


Pero como todos saben, Gláuber estaba COMPLETAMENTE LOCO. Murió a los 42 años y muchas necrológicas dijeron que había "muerto de Brasil". "Fue asesinado por la mediocridad brasileña, por la falta de visión, por la falta de grandeza de este país", (Arnaldo Jabor). "Siento que era demasiado bueno para un país que no lo aprovechó; los brasileños deben tener consciencia de esta tragedia, la más grave en el plano cultural: murió porque no consiguió convivir con la miseria del mundo y del país" (Cacá Diegues). "Gláuber somatizó al Brasil, y murió de un cuadro clínico semejante a la enfermedad brasileña" (Ana Ma. Magalhaes).

Por suerte en Uruguay ya no queda nadie a quien poder asesinar. O tal vez sí.

|

Sunday, October 09, 2005

Brand New Borges

Hasta hoy pensaba que había leído más o menos todo lo que Borges solía contestar en sus entrevistas. Pero hojeando una vieja revista de 1991, publicada en ocasión del 15º aniversario del español Diario 16 y en la que se reproducen los mejores artículos de su suplemento 'Culturas' (y mientras noto que el diseño de El País Cultural es sospechosamente parecido al de Culturas y que su nombre es exactamente el mismo que el del fenecido suplemento de El Observador), encuentro una entrevista a Jorge Luis Borges publicada en 1985. La entrevista es más o menos la de siempre, hasta que llego a estas dos preguntas, que me sorprenden lo suficiente como para reproducirlas aquí:

-Usted parece ser hostil a toda intervención protectora del Estado en las artes.

Es que yo he recibido tantos premios oficiales... Bueno, no sé hasta dónde puede admitirse una intervención estatal. Ahora mismo, en Buenos Aires, hay innumerables publicaciones pornográficas, las revistas aparecen con fotografía del culo de tal o cual actriz y con el nombre de ella abajo. Y eso se vende. Al mismo tiempo, uno piensa: "Bueno, ¿qué mejor que eso se gaste? La gente se cansará". No impide que resulte chocante que los que están ocupando puestos importantes en Buenos Aires se dediquen a eso. Por ejemplo, hay un señor llamado Pacho O'Donell. Si se hizo firmar Pacho ya es un poco sospechoso ¿no? Dice: "Los indios, nuestros antepasados..." ¿Pero cómo? Si yo me llamo O'Donell, mis antepasados serán druidas, pero no indios. Pues ese señor es autor de un libro que se llama "La seducción de la hija del portero". Y quiero contarle que la seducción está a cargo de... una lesbiana, de modo que el contenido todavía es más grave que el título. Y otro señor, Gorostiza, tiene una pieza de teatro que es la apología de nuestro rufián. Nuestra cultura, pues, está en manos de esas personas tan radicales.

-Tradujo usted a Henri Michaux. Como a él ¿le han tentado otras drogas?

Fracasé con la cocaína y con la marihuana. Hice varios experimentos sinceros, cinco o seis. Y con la cocaína, sí, me sentía gárrulo, pero muy nervioso. Con la marihuana, en cambio, no sentí absolutamente nada. Ahora, yo estuve a punto de ser borracho. Todos los sábados salíamos Francisco Luis Bernárdez y yo a recorrer los arrabales de Buenos Aires. Entonces, como no había mucho que ver, entrábamos a los almacenes, pedíamos así, para ser criollos, una caña brasilera, un guindado oriental o lo que fuera. Eso duró algún tiempo. Hasta que un día estaba en una reunión y alguien, quizás un ángel, dijo: "Lástima que Borges sea borracho". No sé quién dijo eso, pues yo no me di la vuelta, pero dejé el alcohol en ese instante. ¿Por qué? Porque pensé que, aunque eso no era cierto, podría llegar a serlo en cualquier momento. Desde entonces no he probado el vino. Sólo un poquito de champagne, en alguna fiesta de fin de año, para no quedar como una persona hosca que se niega a la alegría ajena. Fíjese, Oscar Wilde decía que la única intoxicación es la conversación; pero él murió borracho.

Yo sé que en España la palabra "culo" es de lo más normal, pero me resultó extrañísima en el marco de esta entrevista, por no imaginar lo raro que debe ser decir: "Borges, no duermas el porro que se apaga".
Lo que no entiendo es cómo podía Borges ver el culo de las actrices en las revistas estando casi ciego. Lo que me lleva a suponer el siguiente diálogo:

-Dígame María, ¿qué publican hoy día las revistas en sus tapas?
-Culos de actrices, Borges. Con su correspondiente crédito justo debajo.

|

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com