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Sunday, October 03, 2004

¿Qué iba a escribir?

Todos estos días me han estado acosando, cual involuntarios pop ups, cosas que me hubiera gustado poner aquí. Pero, mi tiempo libre ha quedado reducido a cero por culpa de unas películas coreanas que no hay quien traduzca. Así, ayer dediqué mi día a Kim Ki-duk y su extrañísima "Destinatario desconocido" y así seguiré con las cuatro que se exhibirán a partir del jueves en Cinemateca.Para mi horror, hay partes de la película habladas en inglés para las que no tengo una transcripción del diálogo. Voy a hacer lo que pueda, pues los que hablan son soldados americanos destacados en Corea. Yo hubiera preferido un locutor de la BBC...

Las películas de Ki-duk no son fáciles de recomendar. Tienen cosas buenísimas y cosas espantosas. Si decir que son raras es decir algo, pues, son rarísimas. Es como si a Ki-duk le faltara un amigo que le avisara cuando está siendo choto. Pero cuando no está siendo choto, es interesante. "Destinatario desconocido" es sobre mujeres coreanas y soldados americanos. Pero sobre todo es sobre la carne de perro y sobre seres humanos que se comportan como perros.

La cuestión es que después de ver esta película seguí mirando películas, esta vez en Canal 4. Pasaron, in a row, "Contra el enemigo" y "El sastre de Panamá". Fue una buena sección de cine antiimperialista la de ayer.

Yo no sé si vieron "Contra el enemigo" (The Siege), de Edward Zwick, con Denzel Washington y Bruce Willis, más o menos en sus papeles de siempre. La película es de 1998 y trata sobre terrorismo árabe. No es una buena película, pero como cine de anticipación creo que es de lo mejor que he visto. Nueva York acosada por ataques terroristas, el ejército en las calles, la detención indiscriminada de árabes, la pérdida de libertades, el descubrimiento de que los miembros del grupo terrorista fueron entrenados por el propio ejército americano. Es tan increíble la verosimilitud, que si no fuera porque aparecen las torres gemelas hubiera jurado que se filmó post atentados del 9/11.

Hay una escena de tortura de un prisionero árabe, desnudo, sentado en una silla, que, vista hoy, parece documental (Denzel Washington a Bruce Willis: "Come on General, you've lost men, I've lost men, but you - you, you *can't* do this! What if what they really want is for us to herd our children into stadiums like we're doing? And put soldiers on the street and have Americans looking over their shoulders? Bend the law, shred the Constitution just a little bit? Because if we torture him, General, we do that and everything we have fought, and bled, and died for is over. And they've won. They've already won!")

El plus: la actuación del ídolo de multitudes, Tony Shalhoub (¡Monk!) como agente del FBI de ascendencia árabe, cuyo hijo -entre miles de árabes y algún que otro negro- es detenido en un estadio ( "It just occurs to me, has any one committed a crime here? I mean, assault with a deadly color...?")

Es evidente que si hay alguien capaz de ver así el futuro, es que el futuro hace años que está en las narices de todo el mundo. El que quiera ver, que vea.

Bueno y después vino Pierce Brosnan haciendo de espía inglés una vez más para que los yanquis tuvieran una buena excusa para recuperar el Canal de Panamá...ya llegará.

Aparte de esto he hecho tres cosas: fui a la Feria (y veo que no soy la única: entren a El bizcocho y vean lo que encontró yo quese), y a la vuelta mi padre me contó lo que se ha transformado en nuestros cuentos favoritos de la Feria. Trampas para crédulos o buscadores de tesoros. Lo he visto docenas de veces, sobre todo con cuadros. Esta vez era un dibujo de Rafael Barradás. El precio $ 500. Estaba tirado debajo de un vidrio roto, y un marco mohoso. A uno le da lástima el incauto, pero como dice mi padre "hay que dejar ganar".

Luego he estado leyendo sobre los reality shows que pasan hoy día en los EEUU. Hay un buen artículo de Salon sobre un género que todos se apresuran a dar por moribundo y que no parece sino crecer. En realidad hay toda una columna que se ocupa en gran parte de los reality shows y sitcoms americanos.

Para mi gusto, estos tres no tienen parangón: Amish in the City, en donde meten a cinco jovenes amish a vivir en Hollywood con seis estereotipos del joven yanqui funcio-disfuncional (un gay, un futbolista de college, una striper). Los Amish están en ese periodo llamado rumspringa, en el que se alejan de la comunidad, y salen al mundo para luego decidir si quieren seguir con su fe durante su vida adulta.The Swan, en que las 17 participantes se someten a una serie de cirugías estéticas para luego participar de un concurso de belleza y Gana la verde, en que un montón de inmigrantes ilegales salta de autos en marcha, come gusanos (bah, lo que hacen todos los días en sus países de origen) por el premio de acceder a un buen abogado que le permita obtener la green card de residencia en el Paraíso Americano.

Y ya que estamos hablando de freaks, aquí pueden leer un artículo de Martin Amis (que me refirió mi amigo Alejandro, en un descanso entre su novel paternidad y su furia anti Ortega y Gasset), sobre Diego Maradona (en inglés, ya tengo bastante con los coreanos). Mr. Amis no ahorra en adjetivos para con Dieguito: megalómano, tramposo, bufarrón, amigo de los poderosos, drogadicto, gordo feo y corrupto, sentimentaloide, decadente, antiinglés. Eso último es lo imperdonable. Si el modelo inglés es Beckham, puedo entender el disgusto posh de Amis. Pero cómo les duelen todavía los goles del '86. Disfrazado de virtud, claro. Very English.


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