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Wednesday, June 30, 2004

Águilas mensajeras

Esto lo escribí hace un tiempo, en ocasión de recibir la carta que Stirling volanteó a la población, anunciando la creación de esas comisiones de vecinos con la finalidad de reportar "actitudes sospechosas" a la policía. Perdón por la autocita, pero para qué volver a escribir lo mismo, si sigue tan vigente como hace cuatro años:

"Quienes fuimos a la Escuela Pública en los años '70 aprendimos, entre desfile y desfile, a usar neologismos como 'orientalidad' y a venerar los símbolos patrios, desde la bandera hasta la escarapela, pasando especialmente por el escudo. Sin embargo, hubo maestras que en medio de tanta disciplina marcial tuvieron a bien introducir un concepto por cierto no ajeno a la Institución Militar, pues tenía que ver con el honor: si algún alumno delataba a otro que hubiera cometido una falta que no lo afectara personalmente, ambos cumplían la penitencia. El segundo por infractor y el primero por alcahuete.

Era, sin duda, una forma de atacar la tentación de congraciarse con el poder traicionando a los pares. Era, también, una renuncia desde el poder de valerse de mecanismos que juzgaba reprobables, aunque probablemente beneficiosos a corto plazo. Tal vez, la maestra prefería educar a todos sacrificando el castigo a uno solo. O quizás tenía claro que quienes eran proclives al correveidile eran individuos en los que era mejor no confiar y aún menos, alentar. O prefería a un infractor en un país de probos que ninguno en una nación de palomas mensajeras.

No está mal acordarse de la maestra cuando uno recibe la carta de un Ministro."

Recuerdo claramente -aunque lamento no conservarla- que la carta, en su dorso venía ilustrada con un dibujo de un policía sentado en un taburete junto a un niño en la barra de un café. El dibujo era claramente el de un policía (y un café) norteamericano.

Siempre me llamó la atención la falta de reacción de la gente contra estas propuestas de buchoneo barrial, sobre todo viniendo de aquellos que a la primera oportunidad se indignan contra el régimen cubano y la vigilancia a la que someten a sus ciudadanos. Pero como ya se sabe, hay gente que dice una cosa, hace otra y piensa, como Escanlar, que la gente es estúpida.

Por ejemplo, el Presidente de los EEUU, dice a la periodista irlandesa Carole Coleman, la corresponsal en Washington para RTE, la cadena de televisión nacional irlandesa, que tiene una relación "personal" con Dios: "That doesn't make me think I'm a better person than you are, by the way. Because one of the great admonitions in the Good Book is, don't try to take a speck out of your eye if I've got a log in my own."
Es decir: el viejo refrán de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. Pero Bush no parece recordarlo muy a menudo, y considerando lo fuerte que gritan los americanos para hablar de la libertad y condolerse de los pobres cubanos vigilados, parece extraño gastar U$S 19.3 millones para que el Department of Homeland Security, plante sus águilas mensajeras en las carreteras norteamericanas.

Como bien dijo Sartre: el infierno son los otros.


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