<$BlogRSDURL$>

Sunday, May 23, 2004

Traffic

Todo esto empezo a partir de una conversación con Remo sobre un Citröen 11 Ligero que está en un taller mecánico cerca de nuestro apartamento. El dijo que le gustaría tener uno y yo dije que me habían dicho que tenían problemas en la punta de eje y la caja de cambios. Es que yo también quería tener uno. No sé si ustedes saben de qué auto hablo. Si han visto la película Diva, allí hay un 11 Ligero blanco con faros de yodo. No sé decirles más.

Remo siguió hablando sobre autos franceses, más bien sobre la suspensión y la transmisión de los autos franceses y no sé que más. Yo me distraje. De tanto en tanto escuchaba partes del discurso, tales como "efecto alfombra" y otras que ya no puedo recordar. De repente Remo dijo "Inclusive estos, los patitos, los 3CV. Los franceses le prestan atención a los requerimientos del sexo femenino" -siguió diciendo. Mi atención se fijó en cuanto oí esa frase "¿Por qué?" -quise saber "Porque el volante solo tiene un radio, centrado en la parte inferior". "Así, es imposible perderse. Siempre sabés en qué posición están las ruedas". "¿Y por qué considerás que es así en atención a las conductoras mujeres?" -pregunté...

La respuesta es que las mujeres son más distraídas respecto a lo mecánico. Así, por definición. Ah, esa es una vieja discusión, que he terminado por aceptar. Las mujeres somos más distraídas respecto a lo mecánico y manejamos peor que los hombres porque no escuchamos el motor y otros detalles de vital importancia. No entendemos algo tan sencillo como la lógica tras los cambios de una bicicleta, menos aún los de un automóvil. Así fue como descubrí que Remo cree que no manejo del todo bien.

Yo no estoy de acuerdo. Yo escucho el motor, es imposible no escucharlo en un Fusca. Sólo que la brecha que hay entre 2ª. y 3ª. es justamente donde iría el cambio adecuado para la velocidad standard del tráfico uruguayo.

La manera de transitar en Uruguay es irracional. Y el ordenamiento del tránsito, señalización y fiscalización es simplemente absurda. Me lleva el diablo cuando escucho en los medios que los accidentes de tránsito son la primer causa de muerte entre menores de 35 años ¿y qué querían que fuera? ¿la arterioesclerosis? Es cierto: hay muchos accidentes pero mientras sigan siendo una especie de cuco nacional, van a haber aún más.

Mi teoría es que no son las altas velocidades las que provocan los accidentes sino todo lo contrario. La gente maneja tan despacio que va pensando en cualquier otra cosa. No prestan atención a lo que están haciendo, porque no están haciendo nada. No se avanzan, no ponen cambios, no mueven el volante. Entonces sus desocupadas mentes se vuelan hacia cualquier otro lugar. Tanto las velocidades máximas permitidas como el timing de los semáforos están diseñados como para un tránsito de un Ford Prefect de tres cambios. 45 kms. por hora en Bvar. Artigas. Siete semáforos en rojo en 25 cuadras. Inspectores escondidos para multarte, pero nunca para decirle que se corra al conductor del camión que circula a 20 kms./hora por el carril de la izquierda. Y los policías con espeluznantes motos Guzzi ¿alguien sabe para qué sirven?. No para ordenar el tránsito, eso es seguro.

Mi único encontronazo con un aspirante a Poncharello fue para que me hiciera a un lado a efectos de dejar pasar el ómnibus que traía a la selección de Venezuela. El tipo me dio el susto de mi vida: apareció como un rayo al lado mío haciendo bruscos ademanes de que me corriera o me detuviera. Yo iba por el carril central, por la Rambla, a 70 kms por hora y en los 10 segundos siguientes cometí todas las torpezas que no suelo cometer: me corrí hacia la derecha sin mirar por el retrovisor, me detuve sin razón aparente en plena rambla y estuve a punto de pasarme un semáforo en rojo. Esa es la lógica de la seguridad del tráfico aquí y ahora.

La lógica del tránsito es una materia fascinante. Mecánica de los fluidos. Pero aquí, las arterias están tapadas de obstáculos. Los uruguayos no transitamos: obstruimos. No conducimos: detenemos y somos detenidos. Quien tiene voluntad de conducirse, aún siguiendo las normas de tráfico vigente, se encuentra con que tiene que maniobrar, esquivar, saltear, acelerar abruptamente y frenar de la misma manera, pues está rodeado de artefactos metálicos que se conducen según la lógica de la distracción y de la abstracción de la tarea principal que realizan: llegar de A a B de la manera más económica y razonable posible.

Yo todavía creo que la manera de evitar accidentes de tránsito es mediante el orden y la educación, con carriles diferenciados para el tráfico pesado y prohibición de doblar a la izquierda en las avenidas. Pero hay nuevas teorías que contradicen completamente esta idea.

"Se le llama control de tráfico de 'segunda generación' y es una combinación de ingeniería del tránsito y diseño urbano y que se basa fuertemente en la psicología del comportamiento y la biología evolucionista. (?) Rechaza la idea de separar a los peatones del tráfico vehicular y es un concepto que privilegia la multiplicidad por sobre la homogeneidad, el desorden sobre el orden y la incertidumbre sobre la certidumbre. En la práctica, de lo que se trata es de borrar los límites: entre la calle y la vereda, entre los autos, los peatones y los ciclistas y, más controversialmente, entre los vehículos en marcha y los niños jugando."

"La historia de la ingeniería del tráfico -dice el ingeniero y urbanista Ben Hamilton-Baillie- es la del esfuerzo por racionalizar el caos. Hoy entendemos que el caos puede ser provechoso."
Hamilton-Baillie dice que la mejor manera de aumentar la seguridad y capacidad vehicular de las calles es sacando los semáforos y otras señales de tránsito, como las señales de 'Pare' y las líneas que demarcan los carriles. Argumenta que sin señales que indiquen la preferencia en la circulación, los conductores se verán forzados a andar más despacio, a establecer contacto visual con los peatones, ciclistas y otros conductores, y decidir, entre todos, cual es la manera más segura de proceder.

"Cuanto más control y señales de tránsito haya, el conductor usa menos sus propios sentidos. Cuanto menor sea la presencia del Estado en términos de autoridad, más efectivo será"
Este sistema se está aplicando con éxito en Holanda, Bélgica, Francia, Dinamarca y Alemania.
"Lo que se han dado cuenta es que hay una relación biunívoca entre los peatones y los vehículos. Es un círculo vicioso, o más bien un círculo virtuoso: cuanto más transitada es una calle, más segura. Por lo tanto, en cuanto se saca a los peatones de las calles, se transforman en menos seguras"

"En cuanto se enfatiza la separación, es mucho más peligroso pues el conductor tiene prioridad. Y si un niño se distrae un momento y sale corriendo tras la pelota, se produce un desastre"
Por su parte, David Engwicht, defensor de esta teoría subraya: "Controlar la propensión natural del conductor a acelerar es inútil. Un acercamiento más efectivo es comprometerlo con el tránsito enfatizando los elementos de incertidumbre e intriga en el entorno, por ejemplo, plantando un árbol en medio de la calle en lugar de poner una señal de 'Pare'"
"La señalización standard debe ser reducida al máximo ya que generan predictibilidad y no incertidumbre. También refuerza la idea de que la calle pertenece a los autos exclusivamente"

Tal vez si estos ingenieros vinieran a Montevideo, se darían cuenta que eso es lo que sucede exactamente aquí. Que vas despacio no hay dudas, pero no por ello disminuyen los accidentes. Tenemos hasta el ombú plantado en medio de la calle. Pero el error es creer que la atención del conductor es directamente proporcional al caos. El tránsito es como la danza. Cuanto más confíe en que mi compañero va a seguir correctamente sus figuras, mejor podré yo seguir las mías.
No hay nada más peligroso que un ecologista del tránsito entusiasmado con la teoría del caos.

|
Comments: Post a Comment

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com