<$BlogRSDURL$>

Thursday, May 20, 2004

Poetest

Me ha sorprendido lo recurrente que es la queja de los conservadores norteamericanos sobre lo que llaman "déficit de atención" de los ciudadanos de los EEUU.
Para chequear si ustedes están siendo afectados por este síndrome, les propongo leer el siguiente poema de Carlos Germán Belli, poeta peruano y legítimo heredero de Góngora y Vallejo. Si lo siguen hasta el final sin hacerse un lío, es que están a salvo.

La verdad es que disfruto enormemente de la poesía de Belli, prácticamente desconocida (como casi la totalidad de la poesía latinoamericana actual, salvo deshonrosas excepciones) y no se me ocurría ninguna excusa para postear algo de él. Si bien la excusa es muy mala, espero que la poesía les parezca buena. En Montevideo, todavía puede encontrarse en librerías de usados, el libro de Belli Más que señora humana, publicado por Ediciones de Uno en 1987. En 1967 se publicó en Montevideo El pie sobre el cuello, libro que jamás he encontrado.



SEXTINA DE LOS DESIGUALES

Un asno soy ahora, y miro a yegua,
bocado del caballo y no del asno,
y después rozo un pétalo de rosa,
con estas ramas cuando mudo en olmo,
en tanto que mi lumbre de gran día
el pubis ilumina de la noche.

Desde siempre amé a la secreta noche,
exactamente igual como a la yegua,
una esquiva por ser yo siempre día,
y la otra por mirarme no más asno,
que ni cuando me cambio en ufano olmo,
conquistar puedo a la exquisita rosa.

Cuánto he soñado por ceñir a rosa,
o adentrarme en el alma de la noche,
mas solitario como día u olmo
he quedado y aun ante rauda yegua,
inalcanzable en mis momentos de asno,
tan desvalido como el propio día.

Si noche huye mi ardiente luz de día,
y por pobre olmo olvídame la rosa
¿cómo me las veré luciendo en asno?
Que sea como fuere, ajena noche,
no huyáis del día; ni del asno, ¡oh yegua!;
ni vos, flor, del eterno inmóvil olmo.

Mas sé bien que la rosa nunca a olmo
pertenecerá ni la noche al día,
ni un híbrido de mi querrá la yegua;
y sólo alcanzo espinas de la rosa,
en tanto que la impenetrable noche
me esquiva por ser día y olmo y asno.

Aunque mil atributos tengo de asno,
en mi destino pienso siendo olmo,
ante la orilla misma de la noche;
pues si fugaz mi paso cuando día,
o inmóvil punto al lado de la rosa,
que vivo y muero por la fina yegua.

¡Ay! ni olmo a la medida de la rosa,
y aún menos asno de la esquiva yegua,
mas yo día ando siempre tras la noche.


|
Comments: Post a Comment

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com